Explorando los niveles de atención en salud: desde la prevención hasta la atención especializada

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La organización de nuestro sistema de salud es un tema de suma importancia, ya que influye significativamente en la salud general de la población. Sin embargo, ¿realmente sabemos cómo funciona?

La gran mayoría de servicios de salud en el mundo están organizados por medio de tres principales niveles de atención.

Primer nivel de atención: la prevención.

Este nivel es el primer contacto que tiene la población con el servicio, es el más cercano. Cumple la función de ser el punto de entrada al sistema de salud, de coordinar y facilitar el paso del paciente a través del sistema; es donde se debe asegurar la integración de todos los problemas, diagnósticos y tratamientos del paciente.

Es importante que este nivel sea eficiente para resolver la mayor cantidad de problemas de salud comunes para no tener que recurrir a un segundo nivel de atención, pero hay una línea que no se debe cruzar: representar una barrera.

Tener un primer nivel de atención adecuado y no enfocado en la rentabilidad, permitirá no cometer el error de limitar el acceso a los servicios médicos, pero tampoco funcionar como una ventanilla innecesaria que retrasa el proceso de atención.

En este primer nivel se realiza mediante el trabajo de prevención, detección, protección e incluso educación sobre enfermedades e infecciones. Algunos de los centros del primer nivel de atención cuentan con laboratorios y estudios de imagen.

Segundo nivel: el complemento

Este nivel de atención complementa al primer nivel. Es cuando un problema de salud no es tratable en el primer nivel o, por razones de eficacia, se le redirige al paciente a uno de estos hospitales para poder continuar con los tratamientos o procedimientos necesarios.

En estos se encuentran los servicios de medicina interna, pediatría, cirugía general, gineco-obstetricia y psiquiatría, por ejemplo. Entre estos primeros dos niveles, se estima que se puede resolver el 95% de los problemas de salud de la población.

Tercer nivel: la especialidad

Así como el segundo nivel, el tercer nivel también complementa a sus antecesores. Este nivel se reserva para problemas de salud poco frecuentes y atiende las patologías complejas que requieren de mucha tecnología, equipos especializados y procedimientos complicados.

En este tipo de hospitales y centros de salud se resuelven aproximadamente el 5% de los problemas de salud de la población únicamente.

Tener una buena organización de los niveles de atención de salud repercute directamente en la salud de la población. Aunque sabemos que no existen sistemas perfectos, tener un sistema funcional debe ser una prioridad para todo el mundo.

Si el sistema de servicios de salud cuenta con un primer nivel bien organizado, se puede evitar el gasto de recursos no necesarios y, al mismo tiempo, resolver la mayoría de los problemas de salud de su población sin necesidad de recurrir a otro nivel.

Aún así, el segundo y tercer nivel deben estar lo mejor preparados posible para tratar con lo que el primer nivel de atención no haya podido. Los niveles funcionales y adecuados son necesarios para garantizar el acceso de la población, la equidad, eficacia y sostenibilidad propia de un sistema de salud.

Referencias

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